Por Edwin Velázquez Collazo
Durante décadas hemos nominado la abstracción como aquel estilo artístico que acentúa las formas, abstrayéndolas, alejándolas de la imitación o reproducción fiel o verosímil de lo natural (mimesis); que rechaza cualquier forma de copia de cualquier modelo exterior a la conciencia del artista. Donde no hay representación de figuras de seres humanas, animales, plantas, objetos, minerales o paisajes.
Durante décadas hemos nominado la abstracción como aquel estilo artístico que acentúa las formas, abstrayéndolas, alejándolas de la imitación o reproducción fiel o verosímil de lo natural (mimesis); que rechaza cualquier forma de copia de cualquier modelo exterior a la conciencia del artista. Donde no hay representación de figuras de seres humanas, animales, plantas, objetos, minerales o paisajes.
"Al Final", Óleo sobre tela, 66'' x 54'', 1991
Sobre el
arte abstracto el artista ruso Muhadin Kishev nos señala: “Para hacer el arte
abstracto hay que partir de grandes conocimientos y hay que pasar por la
escuela profesional. La obra abstracta no es casual, está regida por las mismas
reglas que el realismo. El arte abstracto es más difícil que el realismo,
porque tiene que ser exacto, no puede sobrar nada. Y es un error pensar, como
sucede en el arte contemporáneo, que cualquiera puede hacer abstracto. “
A través de
toda una vida como artista en muchas tertulias
o conversaciones he escuchado que el arte abstracto es aquel que no se
parece a nada del mundo real. Lo que me ha llevado continuamente a preguntarme ¿que es el mundo real? en un universo
global y cibernético. De seres humanos que viven diariamente, cada
segundo y minuto de sus vida entre la irrealidad de la redes sociales y su
realidad de vivir a veces un mundo que
cada día se vuelve mas irreal.
Como
creador elegí la abstracción como
lenguaje plástico y desde entonces me cuestiono diariamente lo siguiente: si el arte realista es aquel
que imita al mundo real, entonces el
arte abstracto puede ser tan realista por imitar emotivamente lo real e irreal
de la sociedad actual. Para esta aseveración parto de la definición que
describe al arte realista como aquel
arte figurativo, naturalista o representacional
que conlleva a reproducir el
modelo original basándose en el modelo de duplicar las cosas.
Defino mi
obra como un realismo abstracto, algo que
a veces es un poco difícil de explicar debido a que no se trata de mezclar dos
estilos diferentes de arte: el abstracto y el realista. Sino tratando de hacer una obra abstracta que
parta de una experiencia emotiva que
nace de mi propia realidad humana, pero no desde una experiencia de mimesis visual sobre un objeto. Una obra nacida de duplicar una realidad
emocional que se mantenga en ese límite tan ambiguo entre lo que
es arte abstracto y arte realista.
"Mulatos", acrílicos sobre canvas
Hablo desde
el sentido de reflejar una experiencia
emotiva y real basada en mi propia esencia
como humano. Abordando desde nuestro ser
temas dan diversos como el amor,
desamor, la naturaleza, lo religioso, la libertad, la muerte o el racismo. Tratar
de representar las emociones reales de mi existencia. De un realismo abstracto que puede
describir los conflictos siempre latentes en nuestras vidas.
Hacer una
obra abstracta tan real como la vida y su propia irrealidad. Construida a base
de lecturas e investigaciones que me
ayuden a trabajar ideas para mi serie de obras desde el origen de esa
experiencia vivida. Que parta de la interpretación basada en una experiencia o vivencia emocional humana real.
Llegar a ese
límite tan ambiguo entre lo que es arte
abstracto y arte realista, esa unidad que
el artista uruguayo Joaquín Torres
García a veces comentaba cuando señalaba: “La Historia del Arte muestra que todos los
pueblos pasan de lo puramente imitativo a lo abstracto. Esa evolución no es
fortuita: obedece a la tendencia de la Humanidad a seguir el sentido del
Universo, que en todo momento se encamina hacia la Unidad…”