La década
de 1990 al 2000, fue una de las de mayores logros en mi trayectoria como
artista plástico y también
constituyo el decenio que sembró mis
inquietudes para tratar de entender mi responsabilidad como artista plástico
así como la seriedad de esto que llamamos arte. Uno donde pude ver el poder de transformación
que mis obras producían para algunos
espectadores quienes a veces quedaban absortos frente a ellas por largos
periodos de tiempo, en ocasiones lloraban, los llevaban a recuerdos olvidados e
inclusive algunos se sentían arropados y bañados por las texturas de mis obras.
Iniciando de esta manera mis temores sobre el poder que tenia la obra de arte.
El poder de la magia y espiritualidad del arte.
Antes esta
encrucijada como artista plástico y creador trate de entender como la obra de arte transforma a quien observa,
iniciando una época de crecimiento espiritual
como individuo y artista plástico. Una época de muchas dudas relacionadas al arte, conocerlo,
comprenderlo y cuestionarlo, por cuanto en la década de los noventa emprendo un
camino de lecturas sobre estética, filosofía y sociología del arte sobre misticismo, religión
y espiritualidad, al mismo tiempo que comienzo una búsqueda espiritual a
través de la meditación como un camino
hacia entender mi relación en este universo humano deshumanizado. En fin una época de poca
productividad artística, pero, de mucho crecimiento intelectual y espiritual
como individuo y artista plástico.
Un camino
que me llevo del amor al desamor, de disfrutar como padre, de preparar el renacimiento como individuo y
artista en una época digital y postmodernista. De puro crecimiento para volver a
retomar mi carrera como artista, de búsqueda e inquietudes, de ver un mercado y panorama
del arte transformarse en” La sociedad
del espectáculo” como nos indicaba Guy Debord.
Una década donde
me aleje y aislé del panorama de las artes plásticas puertorriqueñas
con la conciencia de
que las cosas son transitorias: sin dejarme absorber totalmente, involucrándome
y des involucrándome, concentrándome en
reducir mi presencia y abstraerme de
participar, que en conectarme y
compartir dentro de nuestro panorama local del arte.
NOTA: Posteriormente colocare algunas imágenes sobre las obras producidas en esta época